Sangran a la industria asociaciones leoninas

Mientras los músicos y compositores idean formas de allegarse un ingreso, instancias como las asociaciones, editoras y disqueras mantienen su idea de incarle el diente a los generadores de propuestas novedosas.

Uno de los principales motivos del florecimiento de las escenas independientes es el cobro de organizaciones vinculadas con la difusión de la música imponen al trabajo desarrollado por los artistas.

Los aspectos se relaciones con tres tendencias vinculadas con los músicos: en primer lugar con la ejecución en pública de ciertos temas, cuyas ganancias tendrían que ser compartidas con organizaciones como la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM); en segundo, la difusión de la obra, relacionada con editoras y disqueras, y en tercero, la publicación y difusión de los trabajos, para los cual se aparece la Sociedad Mexicana de Productores de Fonogramas, Videogramas y Multimedia (Somexfon).

El productor de jazz, Hernán Hecht, denunció en su cuenta de Facebook que para poder llevar a cabo un Festival de Jazz Online debe pagar a la SACM "aranceles imposibles de sostener en cualquier producción".

El Festival cuenta con 21 artistas, refiere, y la SACM quiere cobrar 50 dólares por canción (registrada o no, improvisación o no, original o lo que sea). Consta que lo que desean cobrar es 100 dólares, pero nos lo dejan en 50 porque entienden la situación.

Además, 12 por ciento de la ganancia total del festival y 11 de lo que los sponsors puedan dar, si hay sponsors.

"El único caso, sin precedentes y por apoyo para no cobrar eventos en live streaming en redes sociales es si se realizan en las cuentas oficiales de los artistas, no existe ningún patrocinio o vestigio de marcas (no product placement, no menciones, no incorporación de elementos marcarios durante la transmisión, no hashtags, no compartir en cuentas comerciales o de marcas; no marcas de agua etc.) solo en esos casos, y cuando la producción no sea profesional podrán ser sin costo, pero previa autorización de EMMACSACM", refiere una carta que le enviaron al productor.

De no acatar estas normas, refiere, están decididos a informar a los jurídicos de su consejo a efecto de proceder directo contra los organizadores en términos legales.

Algo parecido denunció el grupo de rock Xochihua --que estenó el disco "Xochihua Live at Kpfa, 94.1 fm"--, cuyos integrantes decidieron iniciar el cobro de regalías editoriales a través de la tienda de música en línea mejor conocida como CD baby.

"Todo iba muy bien hasta que en una parte del trámite se nos pidió que, por ser talento mexicano, teníamos que afiliarnos a la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).

"Por hacer el trabajo de recolección de regalías editorales, cdbaby pide 15 por ciento de las mismas, y por alguna razón que no logramos entender aún, la SACM sin hacer trabajo alguno (bueno sí, hacerle manita de puerco a CD Baby que para que prácticamente nos obligue a afiliarnos a ella), ¡pide 10 por ciento de las mismas!

Es decir, a Xochihua le costaría 25 por ciento de las regalías editoriales, contratar a CD Baby para que haga el trabajo de recolección de las mismas".

Además de eso, es conocido como la Somexfon creada por las disqueras trasnacionales y algunas mexicanas amenaza a comercios y difusoras con el objetivo de cobrar las regalías "que les corresponden" por el uso y comunicación pública de sus fonogramas en cualquier tipo de establecimiento comercial que se encuentre al servicio del público en general. En ese caso, los propios autores de la música ni siquiera están enterados de las prácticas organizadas por las disqueras. Mención aparte merecen las editoras, dependientes de esas empresas, que pretenden cobrar a los propios autores por la ejecución de sus propias obras.

Ante esa situación de monopolios y prácticas desleales habría que analizar cuáles son las condiciones necesarias para el desarrollo de los proyectos musicales; pues, por lo visto organizar tocadas de ciertos géneros o medios alternativos siempre supone ir a pedirle permiso a Armando Manzanero. Hasta poco.